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Africa

Apoyando la paz, la democracia y la solidaridad en el Sahel

17-18 de marzo de 2013

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Latifa Perry


A continuación de las discusiones y decisiones del reciente Consejo de la IS con respecto a la situación en el Sahel, se llevó a cabo una reunión del Comité Africa de la Internacional Socialista en Niamey, Níger, los días 17 y 18 de marzo, para tratar la crisis en Malí y sus repercusiones para la región y el continente. Contando como anfitrión con el partido miembro de la IS en Níger, el Partido por la Democracia y el Socialismo, PNDS, la reunión contó con una amplia participación de líderes y representantes de muchos partidos del continente y otros. (Lista de participantes)

El encuentro se inició con una sesión pública el día 17 de marzo, la cual contó con la presencia de mas de dos mil participantes que escucharon intervenciones del Presidente del PNDS y Ministro de Relaciones Exteriores de Níger, Mohamed Bazoum; del Secretario General de la IS, Luis Ayala; del líder del PS de Francia, Harlem Désir; y de los Vicepresidentes de la IS Nouzha Chrekrouni de la USFP de Marruecos, Ahmed Ould Daddah del RFD de Mauritania, y Ousmane Tanor Dieng del PS de Senegal. (Discursos)

Las sesiones de trabajo del Comité tuvieron lugar el 18 de marzo. Al ser la primera reunión del Comité luego del último Congreso, la agenda incluyó la elección del Presidente y Vicepresidente del Comité para el actual periodo entre congresos. Siguiendo el mismo procedimiento electoral democrático y transparente utilizado por primera vez en el pasado Congreso de la IS, se nombró una comisión electoral encabezada por la Vicepresidenta de la IS Nouzha Chekrouni, con Pedro Chaves del MPLA Angola y Kofi Attor del NDC Ghana como miembros, para organizar y supervisar la votación que se llevó a efecto como en Ciudad del Cabo, mediante votación secreta. Emmanuel Golou, líder del PSD de Benín, fue elegido como Presidente. Ebrahim Ebrahim, Vice Ministro de Relaciones Exteriores del ANC de Sudáfrica, fue elegido como Vicepresidente.

En el debate sobre la crisis en Malí, los participantes examinaron las razones subyacentes de ella y los actuales desafíos que enfrenta la región, antes de pasar a tratar las opciones que se presentan para lograr la paz y la estabilidad.

Hubo un reconocimiento general de que fueron varios los factores que llevaron al estallido de la crisis en enero de 2012, cuando fuerzas armadas rebeldes empezaron la ocupación del Norte del país. En primer lugar, se habían cometido errores estratégicos al responder a anteriores revueltas, por ejemplo cuando un pacto nacional planteaba la creación de un ejército compuesto por rebeldes armados al mismo tiempo que se retiraba del Norte al ejército estatal, lo cual permitió implícitamente a los grupos terroristas establecerse en esa área. En segundo lugar, el aumento del déficit democrático dentro de las estructuras del estado llevó al debilitamiento de ellas, y abrió el camino a una mayor corrupción, menos responsabilidad y elecciones fraudulentas, como fue el caso en los años 2000 y 2007. El así llamado consenso de Malí que se había estado aplicando desde 2002, por el cual todos los partidos políticos representados en la Asamblea Nacional eran parte del gobierno, creó un vacío dentro de la oposición democrática y una gran necesidad de control a las acciones del gobierno. Además, la insuficiente supervisión de la descentralización del poder aumentó la vulnerabilidad a la corrupción de los representantes locales y facilitó el afianzamiento del narcotráfico.

Refiriéndose a los principales desafíos que era necesario abordar, algunos elementos clave fueron puestos de relieve por los participantes. La intervención militar en marcha debería dar como resultado la plena recuperación de la soberanía territorial de Malí y el mandato de las fuerzas de la ONU debe ser definido claramente a este respecto. Se puso énfasis en que la buena gobernanza es el único fundamento para la paz y la estabilidad y debe ser restaurada. Las instituciones estatales deben recuperar su fuerza e independencia. La violencia es un monopolio del estado y por lo tanto debe asumirse el desarme de los grupos rebeldes, al mismo tiempo que asegurar que no se repitan los errores del pasado. El ejército debe recobrar su objetivo inicial, no interferir en las esferas políticas y sociales, ya que no se logrará la legitimidad mientras los militares estén involucrados en la toma de decisiones. La Comisión Nacional para la Reconciliación y el Diálogo de reciente creación, debería incluir a representantes de todos los sectores de la sociedad para poder lograr sus objetivos, sin presencia o interferencia de los militares. Debe asegurarse la igualdad de derechos y libertades para todas las etnias en todas las regiones, independientemente de cuestiones de género o de religión, para que el proceso de reconciliación tenga éxito.

Un aspecto particular que fue ampliamente destacado por diferentes oradores fue el asunto de las elecciones y dentro de qué contexto deberían tener lugar. Hubo amplio consenso en que las próximas elecciones, previstas para el mes de julio, deben ser libres, transparentes y democráticas a fin de sentar los cimientos para un fuerte estado democrático y el respeto al estado de derecho. Un número de temas fueron considerados serios obstáculos que deberán ser resueltos para crear el entorno adecuado para las elecciones. En primer lugar, la presencia de los militares es un factor desestabilizador, ya que es poco probable que ellos se abstengan de interferir y acepten una votación democrática, alejándose de la posición de poder que actualmente sostienen. En segundo lugar, la independencia de la Comisión Nacional Electoral y otros actores en el proceso electoral, tales como el poder judicial y la administración no están garantizados, lo que infunde serias sospechas sobre la posibilidad de que se celebren elecciones libres y justas. Además, existen problemas técnicos como la actualización de las listas electorales que podría no estar terminada antes de julio. En tercer lugar, la clase política no ha logrado acuerdo sobre objetivos comunes o el establecimiento de instituciones de transición, permitiendo así a los militares mantener su posición y al mismo tiempo la debilidad de las voces democráticas en Malí.

Los participantes acordaron unánimemente que el camino de salida de la crisis debe llevar a la transición hacia un estado democrático donde las libertades y los derechos sean respetados. La comunidad internacional debe dar todo su apoyo, pero primero y antes que nada, las fuerzas democráticas de Malí deben trabajar juntas para asegurar la superación de las diferencias y la posibilidad de un futuro democrático. El Comité urgió a los dos partidos miembros de la Internacional en ese país, ADEMA-PASJ y RPM, a unir sus fuerzas a fin de convertirse en una referencia directriz en la fase de transición. El Comité decidió además establecer un grupo de trabajo sobre Malí para seguir de cerca los desarrollos y hacer recomendaciones para las tareas futuras y asegurar que la democracia pueda nuevamente prevalecer en ese país.

A continuación de estas discusiones, el Comité adoptó una Declaración que refleja el resultado de los debates y reafirma su solidaridad con el pueblo de Malí y del Sahel y su apoyo a sus dos partidos miembros en Malí.

Las actividades del Comité en Niamey concluyeron con una reunión de los miembros del Presidium de la IS presentes y de los jefes de delegaciones con el Presidente de la República de Níger, S.E. Presidente Mahamadou Issoufou, en el Palacio Presidencial. En ella se informó al Presidente sobre el trabajo y las discusiones del Comité, quien apreció sus resultados, subrayando la importancia del compromiso y el apoyo de la Internacional Socialista con respecto a Malí y con la seguridad de las naciones en la región del Sahel. El Presidente expuso asimismo una visión de los cambios y avances logrados por su gobierno en Níger en términos de democracia, infraestructura, responsabilidad y la economía. Hizo resaltar el deseo de hacer que estos logros democráticos sean irreversibles y estuvo orgulloso de citar el ejemplo de que con respecto a la libertad de prensa, bajo su gobierno el país había pasado de ocupar el 104º lugar en la clasificación mundial, al 29º lugar. Resaltó que ningún país podía realizar por sí solo todos estos esfuerzos y dio una gran importancia al valor de la cooperación e integración regionales, en pos de las cuales él se encontraba trabajando hoy.

El Comité adoptó a continuación una Moción de agradecimiento en la cual expresó su gratitud al PNDS y al pueblo de Níger por su cálida y fraternal acogida, y un agradecimiento especial al Presidente Mahamadou Issoufou.



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