La Comisión sobre la Desigualdad de la Internacional Socialista sostuvo su primera reunión en Bruselas el 3 y 4 de junio 2016, teniendo como anfitrión al Partido Socialista de Bélgica, PS. La IS ha establecido esta Comisión con miras a plantear nuevas ideas, conceptos y políticas innovadoras dirigidas a derrotar la desigualdad en la economía mundial. Entre sus miembros se cuentan jefes y ex jefes de Estado y de Gobierno y otros líderes procedentes de los diferentes continentes, a fin de aprovechar la experiencia que han acumulado en sus respectivas responsabilidades en los asuntos relacionados con el cometido de la Comisión.
Asistieron a la reunión: el líder del partido anfitrión y presidente de la Comisión, Elio Di Rupo, ex primer ministro de Bélgica y vicepresidente de la IS; George Papandreou, presidente de la IS y ex primer ministro de Grecia; Luis Ayala, secretario general de la IS; y miembros de la Comisión Laura Chinchilla, ex presidenta de la república de Costa Rica; Eero Heinäluoma, ex viceprimer ministro de Finlandia, ex ministro de finanzas y ex presidente del Parlamento, y vicepresidente de la IS; Ricardo Lagos, ex presidente de la República de Chile; Marian Lupu, ex presidente de la república de Moldavia, ex ministro de Economía, líder del Partido Democrático de Moldavia, PDM, y vicepresidente de la IS; Richard Parker, catedrático de Ciencias Económicas y Políticas Públicas de la Universidad de Harvard, antiguo asesor del senador Kennedy, ex presidente de Americans for Democratic Action, ADA, del Partido Demócrata, EEUU; Anand Sharma, ex ministro de Exteriores y de Comercio e Industria de la India, vicepresidente del partido Nacional del Congreso (INC) y vicepresidente de su grupo parlamentario; Mohamed Bazoum, ministro del Interior de Níger y presidente del Partido por la Democracia y el Socialismo, PNDS, quien participó en representación del miembro de la Comisión, Su Excelencia Mahamadou Issoufou, presidente de la República de Níger; y Ajay Bramdeo, representante de la Unión Africana, en representación del miembro de la Comisión Nkosazana Dlamini-Zuma, presidenta de la Comisión de la Unión Africana. Saleem Mandviwalla, ex ministro de Finanzas de Pakistán, senador por el Partido Popular de Pakistán, PPP, y presidente del Comité de Finanzas del Senado de Pakistán forma asimismo parte de la Comisión.
En el transcurso de la reunión, celebrada en dos días sucesivos, los participantes coincidieron en que la desigualdad representa uno de los retos más graves que minan nuestras democracias, nuestras sociedades y nuestro futuro en común, y que el objetivo principal de la Comisión consiste en determinar medidas concretas que puede tomar el movimiento socialdemócrata para reducir la desigualdad. En esta primera reunión, los participantes identificaron una serie de conceptos generales en relación con la desigualdad, subrayando que se necesitan unas medidas de ámbito global para hacer frente y remediar la creciente desigualdad económica dentro y entre diferentes sociedades, países y regiones del mundo.
Los participantes se mostraron unánimes en su apoyo a la noción de que el acceso a la enseñanza es una herramienta potente para reducir la desigualdad en las generaciones de futuro. La reducción de la desigualdad requiere la defensa de la enseñanza gratuita en el mundo desarrollado, en donde se ve cada vez más amenazada, y que se redoblen los esfuerzos por ampliar el ámbito de su alcance en el mundo en vías de desarrollo, especialmente entre quienes ha sido denegada en el pasado, es decir, los más pobres de la sociedad y las niñas. Los miembros de la Comisión observaron, sin embargo, que en numerosos países los jóvenes de hoy constituyen la generación mejor preparada de la historia, pero siguen teniendo que enfrentarse con obstáculos debido a la falta de oportunidades para conseguir un empleo relevante y seguro. Si bien la educación universal es un prerrequisito para una sociedad más igualitaria, no es un remedio que se pueda aplicar a todas las causas de la desigualdad.
Se manifestó por tanto una preocupación sobre el crecimiento y extensión del paro, lo cual ha llevado a que a muchos de esos jóvenes, con capacidad y preparación para el trabajo, se les cierre esa vía. La discusión sobre el trabajo también incorporó el tema relacionado del comercio y los derechos de los trabajadores, que están estrechamente ligados a la cuestión de la desigualdad. La erosión de los derechos de los trabajadores es una de las principales causas de la desigualdad mundial; por tanto, los acuerdos comerciales deben incorporar normas básicas de derechos de trabajadores que también permitan que los gobiernos democráticos repulsen los afanes de las grandes transnacionales que pretenden influirlos, ejerciendo su poderío económico, para empeorar las condiciones laborales.
Se identificó un vínculo evidente entre las medidas contra el cambio climático y la lucha contra la desigualdad, que representan las tareas más urgentes del siglo XXI. Las desigualdades de la economía mundial también se ven reflejadas en la disparidad que se observa en las emisiones per cápita entre las naciones desarrolladas y los países en vías de desarrollo, y su responsabilidad por las emisiones históricas. También es cierto que el principio, tan bien conocido en las negociaciones sobre el clima, de responsabilidades comunes pero diferenciadas es aplicable a la lucha contra la desigualdad. Aunque es necesario adoptar medidas contra la desigualdad en todas partes, dado que los puntos de partida son distintos como también lo son los estados de desarrollo económico, la naturaleza exacta de las medidas a adoptar está altamente diferenciada.
Este enfoque diferenciado que se requiere para luchar contra la desigualdad fue una de las características clave de las discusiones, dado que los participantes tenían sus propias perspectivas locales sobre los asuntos más urgentes con que se enfrentan sus respectivos países y regiones. Esto demostró ampliamente la importancia de que la composición de la Comisión fuera diversa, uno de sus puntos más fuertes. Se subrayó el hecho de que no hay un modelo que sirva para todos en la lucha contra la desigualdad, y que por tanto las conclusiones de la Comisión deben respetar la diversidad de los retos, que varían según el continente de que se trate.
Participantes procedentes de la UE y los EE.UU. mencionaron el impacto negativo que la gran recesión ha registrado en los niveles de igualdad, como consecuencia de que el crecimiento posterior a la recesión se acumula en manos de los que ya eran ricos de una forma desproporcionada. El problema de la concentración de la riqueza en manos del uno por ciento más rico persiste, y tiene sus consecuencias en el ámbito regional tanto como mundial. Una propuesta que se ha formulado para resolver esta injusticia consiste en explorar maneras de subir los impuestos sobre el capital, que en la actualidad se grava a una tasa fiscal inferior a la que grava la renta en numerosas jurisdicciones.
En Latinoamérica, el problema de la desigualdad es de suma importancia como consecuencia de no haberse reducido la desigualdad de una forma significativa a pesar del desarrollo económico y de la subida de los ingresos medios. Para los miembros de la Comisión, esto demuestra por qué estadísticas, como por ejemplo el PIB per cápita, cobran tanto relieve a la hora de determinar las economías de éxito. Cuando la renta media anual pasa el umbral de los US $20.000 per cápita aproximadamente, se registra una correlación mucho más fuerte entre el nivel de igualdad económica y el bienestar general que entre la renta global y el bienestar, lo cual es uno de los factores que motivan el apoyo de la Comisión a las medidas dirigidas a dar más relevancia al coeficiente de Gini con objeto de afianzar la distribución de los ingresos como medida del desarrollo.
El concepto de la justicia económica es un principio fundamental para muchos países en vías de desarrollo, especialmente en Asia que alberga al 60% de la población mundial, siendo el desarrollo la clave para reducir la pobreza. Allí es imprescindible aumentar los ingresos de la población como primer paso para disminuir la desigualdad. No obstante, los participantes hicieron hincapié en el hecho de que la desigualdad no es simplemente una cuestión de renta, sino que también está muy relacionada con la seguridad en el abastecimiento de alimentos, en las prestaciones de servicios sanitarios y en el acceso a la educación.
Los miembros de la Comisión procedentes de África plantearon la cuestión del vínculo entre conflictos, inseguridad y desigualdad. Las desigualdades en el ámbito internacional agravan la pobreza, lo cual es una causa de conflictos. La falta de seguridad desbarata asimismo los esfuerzos de gobiernos democráticos por implantar políticas para reducir las desigualdades. Estos retos son particularmente agudos en el Sahel africano.
Esta primera ronda de discusiones en torno a la desigualdad mundial ha culminado con los miembros de la Comisión acordando una serie de políticas fundamentales que es necesario poner en efecto para conseguir una menor desigualdad. Entre estas resaltan la necesidad de acabar con los paraísos fiscales; implantar un régimen fiscal más progresivo; explorar maneras de gravar el capital con una tasa fiscal superior a la que grava los sueldos, donde corresponda; crear un vínculo entre el PIB y el coeficiente de Gini como medida de prosperidad; reafirmar el papel fundamental de la educación como prerrequisito para disminuir la desigualdad; acabar con la discriminación de género, nacionalidad y etnias; reformar las instituciones internacionales con miras a que reflejen la realidad actual; emparejar la justicia económica con la justicia climática y una reducción de las emisiones; intensificar la lucha contra la corrupción; ligar el salario mínimo a la mediana de ingresos; e impulsar la resolución de conflictos en pos de la estabilidad necesaria para reducir la desigualdad.
En la primera quincena de septiembre la Comisión celebrará su próxima reunión en la capital de Níger, Niamey, contando con Su Excelencia Mahamadou Issoufou, miembro de la Comisión y presidente de la República, como anfitrión. La reunión de Niamey desarrollará, profundizará y continuará esta discusión para avanzar en la elaboración de un informe exhaustivo sobre este tema. El próximo Consejo de la IS que se celebrará en Ginebra en julio tratará del tema de la desigualdad en la economía mundial, ocasión en la que la membresía global de la IS tendrá la oportunidad de contribuir al debate y a la preparación del informe de la Comisión.
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