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Nelson Mandela

Internacional Socialista honra la vida y el legado de Nelson Mandela

06 de diciembre de 2013

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La Internacional Socialista se encuentra conmovida ante el fallecimiento de Nelson Mandela, el hombre que, representando la lucha por la libertad de su nación, se convirtió en un símbolo de la justicia, la reconciliación y la paz en todo el mundo.

La vida de Nelson Mandela tocó a innumerables personas alrededor del mundo. Su determinación en poner fin al racismo y al apartheid, y su humanidad al tratar con los horrores del pasado y sentar las bases para un futuro común para todos en Sudáfrica, abrieron el camino para una nueva sociedad global en el siglo XXI, la única posible, de inclusión, tolerancia, respeto, paz, democracia, de libertades y derechos. Ese es su legado más importante, y hoy día nuestro movimiento entero presenta sus respetos a este hombre singular, un hombre en quien nuestra visión de un mundo mejor, una sociedad de oportunidades para todos y de real solidaridad entre pueblos y naciones, encontró a su mejor exponente.

Mandela nació dentro del pueblo Thembu en la Provincia de Cabo Oriental en Sudáfrica en 1918. A través de su vida muchos lo llamaban afectuosamente con el nombre de su clan Thembu, Madiba. En 1943, Mandela ingresó a la Universidad de Witwatersrand a estudiar leyes, entonces una institución predominantemente blanca donde tuvo que enfrentar el racismo. Un miembro activo en el ANC y cofundador de la Liga Juvenil del ANC, Mandela ascendió en el movimiento contra la discriminación racial y contra la política del apartheid implementada en 1948 por el gobierno de minoría blanca de Sudáfrica, bajo la dirección del Partido Nacional. Con el ANC dirigió concentraciones y demostraciones cruciales y luego de su Campaña de Desafío a comienzo de los años 50 las Naciones Unidas incorporaron formalmente al apartheid entre los temas a ser abordados por la organización. Mandela llegó a ser fundamental para el trabajo del Congreso Nacional Africano, reforzando las redes clandestinas del partido para asegurar que pudieran resistir a la prohibición gubernamental impuesta en 1960. Fue acusado en muchas ocasiones durante las protestas del movimiento y en 1964 fue sentenciado a prisión perpetua por alta traición.

Durante los años del encarcelamiento de Mandela, la Internacional Socialista y sus partidos miembros estuvieron activamente comprometidos en contra del apartheid, llamando la atención internacional a la campaña por la liberación de Mandela y de los otros prisioneros políticos, y en apoyo al Congreso Nacional Africano.

Mandela fue una persona extraordinariamente dedicada a sus esfuerzos por poner fin al apartheid, declinando ofertas de una libertad condicional por el gobierno de Sudáfrica que suponía el abandono de su trabajo político. Sus convicciones y fuerza eran tales que pudo soportar 27 años de prisión hasta que fuera puesto en libertad incondicional en 1990 bajo el gobierno del Presidente sudafricano FW de Klerk, quien legalizó a todos los partidos políticos que habían sido prohibidos. En 1993, el papel desempeñado por Mandela fue reconocido al ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz, junto con de Klerk, por haber puesto fin al régimen del apartheid, y por sentar las bases para una nueva Sudáfrica democrática.

Luego de su liberación, Nelson Mandela participó en varias actividades de la Internacional Socialista a comienzo de los años 90, incluyendo la reunión del Consejo de la IS celebrada en Lisboa, Portugal, los días 5 y 6 de octubre de 1993, y en el encuentro del Consejo de la IS organizado con el ANC como anfitrión en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, los días 10 y 11 de julio de 1995.

En su memorable discurso al Consejo de la IS en Lisboa, Mandela hizo un llamamiento en favor del envío de una misión oficial de observación de la IS a Sudáfrica para asegurar que las elecciones de 1994, las primeras en el país en las cuales su partido tomaría parte, fueran ‘libres y justas’. Subrayando la significación histórica de la elección, dijo ‘Cerca de 19 millones de personas que representarán al 91 por ciento del electorado estarán votando por la primera vez’, y que las elecciones lograrían finalmente un gobierno para Sudáfrica elegido democráticamente por el pueblo. La Internacional se sintió orgullosa de realizar esta misión, y celebró la aplastante victoria de Mandela en estas elecciones, convirtiéndose no sólo en el primer presidente negro después de tres siglos de gobierno blanco, sino en el primer presidente del país elegido democráticamente.

Los logros de Mandela como Presidente al interior del país y su compromiso con la reconciliación nacional y para asegurar que la nueva democracia reflejara el respeto y la igualdad para todos, sin importar la raza o el color, fue un ejemplo para el mundo. La nueva Constitución Sudafricana fue acordada por el parlamento en mayo de 1996. En sus esfuerzos por alcanzar una fuerte y potente democracia, Nelson Mandela también prestó una atención particular a la política exterior, centrándose en contribuir a unas relaciones internacionales más justas y en un mayor dinamismo para la economía sudafricana.

Mandela recibió una calurosa bienvenida en la reunión del Consejo de la IS en Ciudad del Cabo, la primera reunión de esta instancia en Sudáfrica, y su discurso fue recibido con una ovación de pie: “Nosotros en Sudáfrica hemos sido muy afortunados que nuestra lucha, tan difícil como lo fue, gozó del apoyo de los demócratas a través del mundo… En prisión, esas gruesas murallas no pudieron impedir las ideas que desafiaban al cruel sistema de opresión racial bajo el cual vivíamos. Y la Internacional Socialista estuvo al frente de esa lucha.’

Después de retirarse como Presidente de la República, Mandela continuó promoviendo y cultivando la democracia y las libertades en Africa y las de naciones y pueblos a través del mundo. Hizo escuchar su opinión en la política internacional, elevó la conciencia sobre el VIH/SIDA, y lanzó la Fundación Mandela en 1999 y el grupo de Los Mayores en 2007.

La Internacional ha sido inspirada por la vida de Mandela, y se ha sentido honrada de trabajar con él en un recorrido que ha dado muchas esperanzas a otras luchas democráticas en el mundo. Su dignidad, carácter y espíritu indomable nunca se olvidarán.

Hoy día estamos con su familia, su pueblo y sus camaradas del Congreso Nacional Africano, ANC, que acogieron a nuestro movimiento global el año pasado para el XXIV Congreso de la IS, de duelo por la pérdida y celebrando la vida de Madiba, Nelson Rolihlahla Mandela.


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